En Puerto Rico se ha abierto una caja de Pandora de los males y se llaman –corrupción- cuando se intenta evaluar las leyes gentrificadoras y con los casos de destrucción ambiental de parte de las élites económicas. El problema deja de ser de justicia ambiental y se convierte en racismo ambiental y colonial dado las formas violentas de destruir la sociedad de parte de los llamados a defendernos y de entregar el Estado a las empresas, fomentando otra forma de corrupción llamada captura del Estado, representada con la Junta de Control/Supervisión Fiscal impuesta por el Congreso de EEUU.

Prueba de fuego de la cooperación internacional

Uno de los procesos mundiales que cayó presa de la variante Omicron del virus Covid fue la Quinta Conferencia de la ONU sobre los Países Menos Adelantados, prevista inicialmente para finales de enero en Doha (Qatar). Ha sido sustituida por una breve reunión en Nueva York el 17 de marzo de 2022 para la adopción del Programa de Acción de Doha (PAD); y la reunión de alto nivel que se celebrará en marzo de 2023 en Qatar, en la que los gobiernos se reunirán con las partes interesadas "para elaborar nuevos planes y asociaciones para la ejecución del PAD durante la siguiente década". Las conferencias y programas de acción de los PMA tienen una larga historia de analizar el estado de la solidaridad mundial con los países más necesitados de cooperación y diagnosticar las causas subyacentes de las desigualdades mundiales.

El ambicioso objetivo de la ONU de erradicar la pobreza extrema para 2030 se tambalea por una serie de problemas en todo el mundo, como la pandemia de coronavirus, la persistencia de conflictos militares generalizados y el devastador impacto del cambio climático.

Más de 700 millones de personas viven en la pobreza en el mundo, y sobreviven con menos de 1,90 dólares al día, según varias estimaciones.

Pero la rápida propagación de la pandemia, cuyos orígenes se remontan a diciembre de 2019, se considera la principal razón del aumento de la pobreza, por primera vez en 20 años.

La pandemia de COVID-19 y las respuestas nacionales llevaron al mundo al borde de un confinamiento total. La economía y la vida social y cultural prácticamente se paralizaron en muchos lugares, se cerraron fronteras y se interrumpió el comercio. En todo el mundo, los Estados intervinieron con diferente intensidad, restringiendo las libertades de sus ciudadanos con el fin de frenar la pandemia y evitar que sus sistemas de salud colapsaran.

Las consecuencias políticas, económicos y sociales a largo plazo de la COVID-19 todavía no se pueden predecir plenamente.

Este fue el tema de la sesión de hoy de la XI Asamblea Regional de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), que se está llevando a cabo desde el 13 de octubre al 26 de noviembre del presente año. Vea la sesión aquí.

Realizando un proceso que conduce a la Asamblea, se están organizando una serie de siete encuentros públicos virtuales, en los que se analiza la actual coyuntura regional e internacional del derecho humano a la educación, contribuyendo a la definición de estrategias de acción política para la red CLADE en los próximos dos años.

El sexto evento público, organizado por CLADE en alianza con la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación (CADE), la Campaña Peruana por el Derecho a la Educación (CPDE), la Red Global Glocal por la Calidad Educativa (RGGCE) y la Red Espacio sin Fronteras (ESF), tuvo como tema los “Rasgos de la coyuntura internacional en la pandemia y post pandemia”.

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