De acuerdo al Informe “Collecting Inputs from Marginalised populations on the Post 2015 Development Agenda”, en los últimos 15 años en Tailandia ha habido una mejora importante en servicios sociales, como salud y educación, y la población ha tomado mayor consciencia de sus derechos. Sin embargo, el rápido crecimiento económico también amplió la brecha entre las diferentes regiones del país y los sectores sociales, lo que ha provocado marginación y crecientes desigualdades.

Para muchas personas la vida se hizo más insegura, con pérdida de sus medios de vida (trabajo, tierra, acceso a los recursos naturales), crisis de identidad, deterioro de las relaciones sociales y desempoderamiento. Muchos atribuyen esto al modelo de desarrollo económico adoptado en los últimos años, que ha llevado a la mercantilización de los recursos naturales y de los alimentos.

Foto: WfC, Zambia.

Mientras gobernantes de 193 países evaluaban en Nueva York los éxitos y los fracasos de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM), el foro mundial dio una buena noticia: la pobreza extrema se redujo en todo el planeta a menos de la mitad.

La proporción de personas que sobreviven con menos de 1,25 dólares al día cayó de 47 por ciento en 1990 a 22 por ciento en 2010, cinco años antes del plazo para alcanzar los ODM, según cifras divulgadas el miércoles 25 por la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Esto quiere decir que unos 700 millones de personas salieron de la indigencia.

Gran parte de esta reducción se produjo en países como Brasil, China e India, que tienen grandes poblaciones. No obstante, aún hay 1.200 millones de personas viviendo en la indigencia en las naciones más pobres de África, Asia y América Latina y el Caribe.

Durante los últimos diez años Paraguay ha sido testigo de lo que pareciera ser un incremento de la conflictividad social reflejado en el asesinato de dirigentes campesinos vinculados a la lucha por la tierra, ataques de un grupo armado, varios secuestros, violencia juvenil en las escuelas y canchas de fútbol y en la inseguridad ciudadana.

Según la evidencia empírica latinoamericana, todos estos hechos están vinculados,de alguna u otra manera, con los altos niveles de desigualdad y la consecuente exclusión que hay en el país. Estas desigualdades tienen como base una cultura de la negación del otro, que se traduce en la desvalorización y el desprecio a las características propias de quienes son diferentes: campesinos, indígenas, jóvenes, pobres.

Las mujeres en Bolivia, son las más afectadas por las altas tasas de desempleo según el estudio “Brechas de género: un desigual acceso al mercado laboral para las jóvenes bolivianas” realizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).

Los estudios sobre empleo realizados en Bolivia han demostrado que existen desigualdades en el ámbito laboral y que las más afectadas son las poblaciones de mayor vulnerabilidad como los jóvenes y mujeres. Dados estos índices, en este año seis de cada diez personas que buscan trabajo son mujeres.

El convenio entre YPF y Chevron firmado en julio de 2013 le permitirá a la transnacional explotar más de 1.000 pozos para extraer gas y petróleo no convencional en la zona de Vaca Muerta, provincia de Neuquén. Sin embargo, el lonco Albino Campos, del lof Campo Maripe ubicado en el centro del área, aseguró que los trabajos comenzaron hace tiempo, ya que existen cerca de 600 pozos en producción, la mayoría de ellos a una distancia de entre dos y diez kilómetros de las casas de la comunidad.

Días antes de la firma, la Confederación Mapuche y las comunidades originarias asentadas en la zona aseguraron que no permitirán el ingreso de la empresa Chevron a su territorio y que van a impugnar el acuerdo que se firmó con YPF por violar el derecho de consulta previa por parte del Estado, tal como lo establece la convención 169 de la OIT.


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