2009

En los países en desarrollo los pobres gastan más del 50% de sus ingresos en alimentos – los más pobres gastan 80% o más. La suba de los precios de los alimentos ha hecho crecer no solo la pobreza sino también el hambre. En la suba de precios de los productos agrícolas influyeron, entre otras circunstancias, los escasos suministros de agua, los altos costos de producción, las sequías y el cambio climático. Es necesario un nuevo sistema alimentario que respete los derechos políticos, sociales, culturales y ambientales tanto como la importancia económica de la agricultura. Los gobiernos deben integrar el respeto al derecho humano universal a la alimentación en toda planificación económica.
La igualdad entre mujeres y hombres tiene que ser un elemento clave en el desarrollo de medidas y políticas contra la crisis financiera, ya que ésta comienza a afianzarse en sectores dominados por trabajadoras y está aumentando la tasa de violencia contra las mujeres. Es necesario un análisis de género a fin de entender la profundidad y el alcance de la crisis, así como para diseñar las respuestas adecuadas. Sin embargo, además de los desafíos, la crisis económica también presenta oportunidades para el empoderamiento y el liderazgo de las mujeres, como ya se ha visto en países en los cuales éstas han surgido como líderes.
Aunque la herencia de la crisis financiera actual sea sombría, habrá otro legado: las ideas cruciales sobre derechos humanos ya no podrán ser descartadas. La crisis presenta una oportunidad histórica – y una responsabilidad generacional – para repensar la toma de decisiones en la política económica. Un enfoque basado en los derechos humanos exige una reforma de las estructuras de gobernanza para asegurar que toda la política económica se lleve adelante de acuerdo con el contenido legal del régimen de derechos humanos. Esto asegurará la participación en todos los niveles, sometiendo las decisiones al escrutinio público, la transparencia y la rendición de cuentas a cada paso.
La declaración de bancarrota del banco de inversiones Lehman Brothers en septiembre de 2008 es percibida por muchos como el momento de quiebre para una serie de colapsos del sistema bancario que se propagaron como un incendio forestal por las bolsas y mercados financieros de las economías más ricas del mundo. La palabra “crisis” ha sido desde entonces el centro de todas las noticias y discursos políticos. La Gran Depresión que sacudió al mundo a principios de los años 1930 es citada con frecuencia como el único precedente y el historiador Eric Hobsbawn comparó la caída de Wall Street con la del Muro de Berlín. En la opinión de quien es considerado el mayor historiador del siglo XX, “la economía capitalista de libre mercado desprovista de cualquier tipo de restricciones o controles (…) que capturó al mundo y sus gobiernos desde los años de Margaret Thatcher y el presidente Reagan (…) se está desmoronando ante nuestros ojos” de la misma manera en que lo hicieran las economías planificadas centralmente desde el estado de tipo soviético hace 20 años .
Este Informe de Social Watch entra en imprenta en septiembre de 2009, un año después de que el Gobierno de Estados Unidos fracasara en su intento de rescatar de la bancarrota a Lehman Brothers. El colapso de esta banca de inversión global marcó el punto álgido de una crisis que comenzó en el epicentro de las finanzas globalizadas de Wall Street y se extendió rápidamente a las economías de la enorme mayoría de los países del mundo.
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