Eritrea

El presidente de la YPFDJ holandés, Meseret Bahlbi, señala la necesidad urgente de una evaluación del anunciado proceso de cambio en Eritrea. El YPFDJ es el ala juvenil del único partido político permitido en Eritrea y cuenta con miembros que envían continuamente los mensajes del partido. Bahlbi está expresando abiertamente la posición del Ministro de Relaciones Exteriores de Eritrea, Osman Saleh, quien pidió una revisión urgente de las políticas migratorias europeas hacia eritreos. Según el ministro Saleh estos están "por lo menos, basados en información incorrecta". Bahlbi realiza afirmaciones similares. Sobre la base de argumentos contradictorios un informe del Servicio de Migración danés recomienda retornar a los migrantes eritreos a casa debido a los actuales cambios en Eritrea. Human Rights Watch ha criticado el informe como profundamente viciado. Mientras tanto, el Servicio de Migración de Dinamarca ha expresado públicamente sus dudas sobre el contenido del informe.

Elogiado en su momento como uno de los Estados más prometedores de África, el país se ha convertido en la víctima de un régimen autoritario y militarizado. Eritrea ha descendido rápidamente a niveles intolerables de represión política, la cual induce a la pobreza extrema y a la «anomia social», un entorno que impide el cumplimiento de los compromisos con el desarrollo sustentable a nivel internacional, el crecimiento económico y el progreso. El obstáculo fundamental de la represión política solo puede ser removido con la ayuda de la presión externa sobre el Gobierno eritreo.
Mirjam van Reisen

La Unión Europea (UE) debería cambiar su política hacia Eritrea, dijo Mirjam van Reisen, profesora de Responsabilidad Social Internacional de la Universidad de Tilburg. La población del país africano estaría mejor si la UE cambiara el destino del aporte económico previsto para el gobierno a la vivienda y la educación de los refugiados eritreos en Sudán, Sudán del Sur, Libia, Egipto y Yemen, agregó Van Reisen, también fundadora y directora de Asesores de Política Exterior Europea (EEPA).

Durante casi 20 años Eritrea ha estado bajo la conducción de un gobierno surgido de un movimiento de liberación y cuyo derecho a gobernar no ha sido confirmado en elecciones libres y equitativas. La represión política en el primer decenio del nuevo milenio es más flagrante que nunca. El Gobierno no cesa de frustrar las aspiraciones económicas y de desarrollo de la población. En vista de las nuevas sanciones que impuso el Consejo de Seguridad de la ONU en diciembre de 2009, la recuperación económica y el desarrollo social seguirán siendo metas inalcanzables.
Sin constitución o parlamento que funcionen o un sistema judicial independiente, sin prensa libre ni transparencia burocrática, Eritrea, el país más militarizado del mundo, carece de los mecanismos necesarios para abordar la crisis global. La reducción de la economía mundial ha disminuido las remesas al país, mientras los precios de los alimentos y el combustible se han disparado. Eritrea necesita una transición inmediata a un sistema democrático de gobernanza que tenga el apoyo de la comunidad internacional. La ayuda humanitaria monitoreada por ONG independientes internacionales parece ser el plan de emergencia más eficaz para salvar las vidas de la población indefensa.
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