Banco Mundial confía en América Latina, pero pocos expertos arriesgan un pronóstico

Augusto de la Torre.
(Foto: Banco Mundial)

Fuentes: ONUBanco MundialAnálisis de Nicholas BloomAnálisis de Luis NassifAnálisis de Andrew JacksonThe GuardianThe Economist.

Mientras los mercados de todo el planeta se tambaleaban esta semana, el economista jefe del Banco Mundial para América Latina  y el Caribe, Augusto de la Torre, consideró que la región cuenta con buenas defensas ante la amenaza de una nueva crisis financiera global, si bien advirtió que un agravamiento de la situación pondría a prueba su capacidad de resistencia. Pero otros expertos encienden la alarma por la "incertidumbre masiva", y se llega a incluir a los países latinoamericanos entre las víctimas de inminentes turbulencias.

Las bolsas latinoamericanas sufrieron al comienzo de esta semana, junto con las de todo el mundo, el efecto de la caída del grado inversor de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, luego de que las autoridades de ese país elevaron el techo de la deuda pública. Los principales índices bursátiles cayeron en un promedio de 7 a 8 por ciento, para luego recuperarse con avances similares.

“Durante los últimos veinte años ha habido una revolución silenciosa muy positiva en muchos países de la región latinoamericana que ha hecho que sus marcos de política macroeconómica, monetaria, fiscal y financiera hayan mejorado de una manera sustancial”, dijo De la Torre.

El experto indicó, sin embargo, que una posible “turbulencia global de magnitud inmensa” en el sistema financiero mundial sí podría tener un impacto en el crecimiento de América Latina. “Ni siquiera los mejores sistemas inmunológicos podrían resistir ese tipo de ataques”, agregó.

El “agravamiento” de la crisis podría ocurrir si las economías del Norte industrializado caen en una nueva recesión, según De la Torre. La desaceleración en Estados Unidos impactaría peor en sus socios comerciales cercanos, como México y los países de América Central y el Caribe. Los países más vinculados con China –especialmente los de América del Sur– sufrirían menos perjuicios, siempre que el gigante asiático mantenga su ritmo de crecimiento.

Pero Nicholas Bloom, profesor de Economía de la Universidad de Stanford, advirtió que “la crisis de la deuda de la semana pasada en Estados Unidos y Europa generaron una incertidumbre económica masiva” que “saltó a niveles inéditos desde el crash de 2008”.

“La volatilidad bursátil alcanzó un nivel tan elevado como el registrado inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001”, que abrieron “un periodo de increíble incertidumbre política y económica”, escribió Bloom en un análisis publicado en el portal de expertos VoxEU, que cuenta con apoyo de la Unión Europea. “En este momento nadie sabe qué va a suceder próximamente.”

En ese mismo sentido se pronunció el periodista brasileño especializado en economía Luis Nassif, del diario Folha de Sao Paulo. “Ahora se presenta un escenario de incertidumbre. Si la crisis en Estados Unidos, el mayor comprador del mundo, se prolonga en el tiempo, el comercio mundial sufrirá las consecuencias, especialmente el asiático. No hay manera de predecir si el crecimiento de China compensará la desaceleración de Estados Unidos. Aún no se aprecia la luz al final del túnel de la economía mundial”, anotó Nassif.

Pero De la Torre confía en que para América Latina prevalecerá un escenario favorable, similar al que vivió durante la recesión global pasada debido a los altos precios de los productos básicos y el impulso de su conexión con China. La región “podría absorber los choques financieros provenientes de la turbulencia global a través de mayor flexibilidad cambiaria, manteniendo ritmos de crecimiento razonables”, dijo. 

Las más recientes estimaciones de crecimiento del Banco Mundial sugieren un ritmo anualizado de alrededor del 4 por ciento para la mayoría de economías regionales, con excepción del Caribe.

En cuanto al futuro inmediato, el experto afirma que la turbulencia sólo se calmará cuando los inversores recuperen la confianza en las políticas públicas de los países ricos. 

Sin embargo, Andrew Jackson, director de Políticas Sociales y Económicas de la central sindical Congreso de Trabajadores de Canadá, advirtió que “las medidas de estímulo temporales aseguran una recuperación temporal, pero al costo de precipitar un aumento insostenible de la deuda del sector público. Esto podría determinar una recuperación muy lenta, y nuevos estímulos empeorarían los problemas subyacentes. Debemos acostumbrarnos a la idea de que se avecinan tiempos difíciles”, observó en el sitio web de análisis The Progressive Economics Forum.

Los gobiernos latinoamericanos parecen compartir la confianza de De la Torre. “Esta es la segunda vez que una crisis afecta al mundo y no sacude a Brasil”, dijo la presidenta Dilma Roussef. “Estamos en una posición mucho más fuerte para enfrentarnos con esta crisis que a fines de 2008 y principios de 2009.”

Mientras, el economista chino Sun Lijian sostuvo, en un comentario para el Diario del Pueblo reproducido por el británico The Guardian, que Estados Unidos podría no figurar entre “las grandes víctimas” de la pérdida del grado inversor de sus bonos estadounidenses, sino que lo serían “otros países que han dependido de la demanda externa para obtener riqueza”, entre ellas las naciones exportadoras de Asia, América Latina, Medio Oriente y Rusia.