Foto: Alex E. Proimos
(CC/Flickr)

Sin prisa, pero sin pausa, de acuerdo al informe Panorama Laboral 2012 de la OIT, la participación de las mujeres en el mercado laboral viene experimentando un acelerado crecimiento desde las década de los 70’s. Se observa un gradual cierre de las diferencias de participación entre hombres y mujeres en la fuerza de trabajo. La tasa de participación femenina en la región latinoamericana a 2012 fue de 49.8%, la de ocupación de 40.2% y la de desempleo 7.7%; mientras que la masculina presentó una tasa de participación de 71.4%, de ocupación de 59.8% y de desempleo de 5.6%.

El Grupo de Reflexión de la Sociedad Civil sobre Perspectivas de Desarrollo Global emitió una declaración sobre el informe del secretario general de las Naciones Unidas sobre el que informa no aborda el núcleo estructural y las cuestiones macroeconómicas que dan forma a la capacidad de implementar y financiar centrados en la gente, ecológicamente y las políticas y programas adecuados a todos los niveles.

El informe del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, "Una vida digna para todos" (A/68/202) llama a una "nueva era post 2015 [...] una nueva visión y un marco de respuesta [...] una agenda universal que requiere de profundas transformaciones económicas y una nueva asociación global”. Desafortunadamente, esa nueva visión y las nuevas asociaciones propuestas por el secretario general destruyen nuestra capacidad para responder a los desafíos que enfrentamos en la actualidad.

En esta crónica, Pablo Martínez Osés, de la Plataforma 2015 y más, nos relata cuáles son las posiciones que las organizaciones sociales europeas están defendiendo para la agenda de desarrollo post 2015 en el marco de la 68 Asamblea General de Naciones Unidas. Las políticas de desarrollo, nos relata, han de aplicarse en el Sur, pero también y, en la misma medida, en el Norte. Las causas y los impactos de las políticas de austeridad, la regulación financiera global son aspectos que demuestran que la agenda debe ser global.

De acuerdo al Informe “Collecting Inputs from Marginalised populations on the Post 2015 Development Agenda”, en los últimos 15 años en Tailandia ha habido una mejora importante en servicios sociales, como salud y educación, y la población ha tomado mayor consciencia de sus derechos. Sin embargo, el rápido crecimiento económico también amplió la brecha entre las diferentes regiones del país y los sectores sociales, lo que ha provocado marginación y crecientes desigualdades.

Para muchas personas la vida se hizo más insegura, con pérdida de sus medios de vida (trabajo, tierra, acceso a los recursos naturales), crisis de identidad, deterioro de las relaciones sociales y desempoderamiento. Muchos atribuyen esto al modelo de desarrollo económico adoptado en los últimos años, que ha llevado a la mercantilización de los recursos naturales y de los alimentos.

Foto: WfC, Zambia.

Mientras gobernantes de 193 países evaluaban en Nueva York los éxitos y los fracasos de los Objetivos de Desarrollo de la ONU para el Milenio (ODM), el foro mundial dio una buena noticia: la pobreza extrema se redujo en todo el planeta a menos de la mitad.

La proporción de personas que sobreviven con menos de 1,25 dólares al día cayó de 47 por ciento en 1990 a 22 por ciento en 2010, cinco años antes del plazo para alcanzar los ODM, según cifras divulgadas el miércoles 25 por la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

Esto quiere decir que unos 700 millones de personas salieron de la indigencia.

Gran parte de esta reducción se produjo en países como Brasil, China e India, que tienen grandes poblaciones. No obstante, aún hay 1.200 millones de personas viviendo en la indigencia en las naciones más pobres de África, Asia y América Latina y el Caribe.

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